Muchas veces se ha acusado al Contralor Pascual Disla, desde el lado de los regidores y siempre Pascual se sale debajo del cubo, se escapa con la razón, soportando hasta palabras duras, ofensivas, difamadoras contra su persona, pero nunca, nunca, se le ha visto errar como en la pasado evento donde se tenia que aprobar una transferencia que garantizaba el sueldo a los trabajadores.
La llegada de Luis Flores, casi «resucitado» y la vehemencia con que trató el tema, como si en ello le fuera la vida, además, d otras intervensiones, parecia que todo era una puesta en escena que, si bien actuada estaba, obedecia a un guión.
Acorralar al presidente del Concejo, no dejarlo actuar, intervenir en voz alta, careos, el Contralor «quitao de bulla» porque está en «retirada», sudaban los síntomas de una pantomina… que, quien sabe, se ejecutó.
las sesiones del Concejo de Regidores siguen siendo la muestra de la peor imagen que se puede tener de un espaco donde los políticos, que representan al pueblo, deberian debatir y es lo que menos hacen.
Mientras, despues del escándalo de no aparecer documentos escenciales para aprobar la transferncia, llega la calma y los servidores públicos vuelven a la casa sin comer porque simplemente, los responsables, bailaron irresponsabilidad.
